La importancia de la limpieza de líneas de barril en barras, taprooms y restaurantes y cómo se hace

Si tienes una barra, “taproom” o restaurante donde sirves cerveza de barril, esto te va a interesar. Aunque no se ve, las líneas por donde pasa la cerveza antes de llegar al vaso necesitan limpieza regular. Si no se limpian bien y a tiempo, pueden afectar el sabor, olor, apariencia y hasta hacer que tus clientes no quieran regresar.

Aquí te explicamos de forma sencilla qué debes hacer, con qué frecuencia y qué errores evitar, para que cada cerveza que sirvas esté en óptimas condiciones.

La Brewers Association (organización que agrupa a cerveceros en Estados Unidos) recomienda hacerlo cada dos semanas, aunque la cerveza no se haya acabado o aunque no vendas mucho. También es buena idea limpiar cuando cambias de estilo de cerveza, para que no se mezclen los sabores.

¿Cómo se limpian?

1. Con bomba de recirculación

  • Se conecta una bomba a las líneas para hacer circular una solución limpiadora especial

  • Se deja correr por 15 minutos

  • Luego se enjuaga con agua hasta que salga totalmente limpia.

2. Método de remojo (si no tienes bomba)

  • Se llena la línea con la solución limpiadora y se deja reposar 20 minutos

  • Después, se enjuaga con bastante agua

En ambos casos, es muy importante enjuagar bien, para que no queden restos del químico.

¿Qué productos usar?

  • Limpiador alcalino para líneas de cerveza: elimina restos de levadura, lúpulo, azúcares y bacterias

  • Limpiador ácido: se usa cada 3 meses para quitar residuos minerales (como el sarro)

  • Agua limpia para enjuagar: hasta que no quede rastro del químico.

  • Cepillos: para limpiar a mano los grifos y conectores de los barriles.

  • Guantes y gafas: los químicos pueden quemar la piel o irritar los ojos.

¿Qué más debes limpiar?

  • Grifos (los taps): deben desmontarse y lavarse uno por uno

  • Acopladores (lo que conecta el barril): también deben limpiarse por dentro

Hazlo cada vez que limpies las líneas.

Errores comunes (y cómo evitarlos)

  1. No limpiar seguido: Si pasas más de 14 días, ya hay riesgo de contaminación

  2. Usar agua o cloro común: No limpian bien y pueden dejar mal sabor

  3. No recircular el tiempo suficiente: Si limpias “a la carrera”, no estás limpiando

  4. Dejar químico por horas: No es mejor, puedes dañar las líneas.

  5. No enjuagar bien: Puede quedar químico que arruina el sabor (y hasta puede ser peligroso).

  6. Olvidar los grifos y acopladores: Si no los limpias, lo sucio se queda ahí.

¿Por qué es importante?

Porque una cerveza puede estar perfecta en el barril, pero si pasa por una línea sucia, ya no sabe igual. Puede tener mal olor, sabor agrio o a mantequilla, estar muy turbia o hacer demasiada espuma. Y eso es lo que el cliente va a recordar.

Además, unas líneas sucias también pueden dañar tu equipo, obstruir el paso de la cerveza y generar más trabajo y gastos a largo plazo.

Mantener las líneas limpias no es un gasto, sino una inversión en la reputación de tu barra, “taproom” o restaurante, proteges la integridad de las cervezas que ofreces y demuestras respeto tanto por el trabajo del cervecero como por tus propios clientes.

Si no tienes el tiempo, el equipo o el conocimiento para hacer la limpieza correctamente, también puedes contratar suplidores especializados. En Puerto Rico y otras regiones hay empresas que ofrecen servicio de limpieza profesional de líneas de barril. Actualmente en la isla se cuenta con Ballester Hermanos (Craft Beer Puerto Rico), quien ofrece el servicio a aquellos con una cuenta con la distribuidora, y Ocean Lab Brewing ofrece el servicio a sus líneas.

Contar con un proveedor externo garantiza que la limpieza se haga con las herramientas, productos y técnicas correctas. Además, te da la tranquilidad de que tus cervezas se están sirviendo como se debe: limpias, frescas y sin contaminantes.

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