Junta de Supervisión Fiscal bloquea el Reglamento 9309 | Lo que esto significa para la industria de destilados artesanales

El Departamento de Hacienda intentó una vez más implementar el Reglamento 9309 una medida que busca extender los incentivos contributivos a pequeños destiladores artesanales en Puerto Rico. Sin embargo, la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) ha vuelto a bloquear su aplicación, argumentando que la reglamentación excede la ley vigente y requiere aprobación legislativa. Esto representa un golpe para la industria de destilados artesanales que, al igual que la industria cervecera en su momento, ha estado luchando por un marco contributivo más justo y competitivo.

El Reglamento 9309, aprobado por Hacienda en el año 2021, busca ampliar la definición de "espíritus destilados de fabricación artesanal", permitiendo que no solo el ron (hecho de caña de azúcar) reciba incentivos contributivos, sino también otros destilados como ginebra, whisky, vodka y licores de frutas, siempre que sus productores no superen los 300,000 galones anuales. En pocas palabras, se trata de una movida para nivelar el campo de juego para los destiladores artesanales, quienes hasta ahora enfrentan impuestos mucho más altos que los productores de ron.

Actualmente, los destilados no derivados de caña pagan aproximadamente $31.29 por galón en arbitrio, mientras que los destiladores de ron artesanal pagan $15.12 por galón. De haber sido aprobado, el Reglamento 9309 habría reducido esa carga a pequeños productores de otros destilados, haciéndolos más competitivos en el mercado local.

En una carta enviada al Departamento de Hacienda el 11 de marzo de 2025, la Junta de Supervisión Fiscal reiteró su oposición al Reglamento 9309, argumentando que su aplicación es ilegal sin una enmienda al Código de Rentas Internas. La JSF sostiene que el trato contributivo especial solo se puede otorgar a destilados de caña porque así lo establece la ley, y que el gobierno de Puerto Rico no tiene la autoridad para extenderlo por reglamento sin una aprobación legislativa.

Hacienda ha intentado justificar su implementación bajo la facultad del Secretario de Hacienda para establecer normas reglamentarias, pero la JSF no lo acepta. De hecho, ha exigido que el gobierno detenga toda aplicación del reglamento inmediatamente, amenazando con tomar acción legal si se intenta continuar con su implementación.

Para los destiladores artesanales, esto significa que seguirán pagando una carga impositiva mucho mayor que los roneros artesanales, lo que limita su capacidad de crecer y competir en el mercado.

Sin un alivio contributivo, muchas microdestilerías podrían verse obligadas a operar con márgenes de ganancia muy bajos o incluso abandonar la industria. Esto también afecta el desarrollo de nuevos productos en la categoría artesanal, limitando la diversidad del mercado de licores en Puerto Rico.

El precedente de la industria cervecera

La decisión de la JSF también contrasta con lo que ocurrió en la industria cervecera. En 2019, se aprobó la Ley 86-2019, que redujo de manera escalonada los impuestos a las cerveceras artesanales según su volumen de producción. Antes de la ley, todas las cerveceras pagaban $2.55 por galón, uno de los impuestos más altos de EE.UU. Tras la legislación, cerveceras con menos de 400,000 galones anuales solo pagan $0.95 por galón, lo que ha permitido un crecimiento sin precedentes en el sector.

Lo que hizo que el caso de las cerveceras fuera exitoso fue que la reducción contributiva se aprobó por la Legislatura, no por reglamento, lo que aseguró su validez ante la JSF. Esto deja claro que si la industria de destilados artesanales quiere obtener un alivio similar, la ruta correcta es una enmienda al Código de Rentas Internas mediante un proyecto de ley.

Dado el precedente de la Ley 86-2019 para cerveceras, lo más viable sería que el gobierno impulse un proyecto de ley en la Legislatura para oficializar los incentivos a los destiladores artesanales. Si bien Hacienda ha defendido el Reglamento 9309, la realidad es que la JSF tiene la autoridad para bloquear su implementación, y lo ha dejado claro en sus comunicaciones oficiales.

Mientras tanto, los destiladores artesanales seguirán enfrentando una situación desventajosa en términos contributivos, lo que podría frenar la expansión del sector. Hablar con legisladores, presentar estudios de impacto económico y presionar para un cambio legal podría ser la mejor estrategia para que estos productores reciban el alivio que necesitan para crecer.

El bloqueo del Reglamento 9309 por parte de la JSF representa un obstáculo para la industria de destilados artesanales en Puerto Rico. Aunque Hacienda ha intentado implementarlo por reglamento, la realidad es que la vía correcta sería una enmienda legislativa. La industria cervecera logró su alivio fiscal con la Ley 86-2019, y la industria de destilados artesanales podría tomar un camino similar para lograr su objetivo.

Por ahora, los productores seguirán enfrentando un panorama complicado, pero la lucha por un trato justo en la industria de bebidas artesanales está lejos de terminar.

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