La importancia de la temperatura al almacenar cerveza

La temperatura es un aspecto importante en cuanto al manejo y almacenamiento de la cerveza se refiere. Es sumamente importante tener en cuenta que si la cerveza no es almacenada a la temperatura apropiada, le puede cambiar el sabor, reducir la calidad y/o reducir su “shelf life”.

Temperaturas altas tienen como consecuencia la oxidación de la cerveza, que es lo que sucede cuando los compuestos naturales de la cerveza reaccionan con el oxígeno en la cerveza para formar compuestos oxidados. Esto resulta en olores o sabores metálicos, a jerez, a almendra, a miel y otros.

Otro problema es la carbonatación. El CO2 se expande a medida que aumenta la temperatura de la cerveza, por lo cual se pierde a medida que pasa el tiempo. Esto es particularmente perjudicial para cervezas con un fuerte carácter de lúpulo (IPA). Este problema puede ser evidente cuando la cerveza sabe “flat”. Si la cerveza es almacenada a la temperatura apropiada (38º F) va a retener el nivel de carbonatación que tenía cuando fue elaborada.

Para remediar el asunto de las temperaturas altas cuando se almacenan cervezas, algunos distribuidores optan por la pasteurización. La pasteurización permite almacenar la cerveza a temperatura ambiente por hasta 120 días. Pero la pasteurización sí puede tener un efecto en el sabor de la cerveza, por lo que muchas cervecerías artesanales prefieren no pasteurizarlas para que los consumidores puedan disfrutar el sabor de la cerveza como se supone que sea.

Los expertos comentan que la cerveza que almacenes en un vehículo a 90º F perderá su sabor en tres días. Mientras que si la almacenas a temperatura ambiente (72º F), que en Puerto Rico tiende a ser más alta, perderá el sabor en 30 días. Y finalmente si la almacenas a 38º F el sabor permanecerá por 300 días.

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